LOS MANDAMIENTOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Hoy dedico este breve artículo a un verdadero visionario: Isaac Asimov. Seguro que cuando podamos construir robots inteligentes este magnífico escritor ya no podrá vivir el momento en que sus geniales leyes de la robótica puedan aplicarse. Dudo mucho que alguien pueda cimentar mejor unos mandamientos tan perfectos y pensados para una posible inteligencia artificial. Si nos paramos a reflexionar un poco sobre sus propias leyes, quizás deberíamos pensar si no serían unas extraordinarias normas morales que, aplicadas a nosotros mismos, nos ayudarían a ser mucho mejores como seres humanos. Asimov decía:
  • 1ª ley: un robot no puede actuar contra un ser humano o, mediante la inacción, hacer que un ser humano sufra daños.
  • 2ª ley: un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, salvo que estén en conflicto con la primera ley.
  • 3ª ley: un robot debe proteger su propia existencia, a no ser que esté en conflicto con alguna de las dos primeras leyes.
Una vez construidas estas tres leyes, los relatos de Asimov nos plantean que, en algunas ocasiones, las mismas podían entrar en conflicto. Surge así en su novela Robots e Imperio la última y cuarta ley, conocida como la “Ley Cero”, en la que se nos explica que un robot no puede hacer daño a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daño.

Si cambiásemos la palabra “robot” por la palabra “persona”, y pensásemos en aplicarnos estas elaboradas máximas a nosotros mismos, probablemente, llegaríamos a ser unos extraordinarios seres humanos. ¡Qué legado filosófico y moral tan importante nos ha dejado este erudito! Sin duda, la lectura de sus obras es una verdadera gragea de reflexión acerca de la humanidad y de su futuro.

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