
1- Protege la piel del sol y del frío. Ya los propios indígenas lo utilizaban como protector solar, ayudando a proteger la piel de las radiaciones UVB y UVA con un equivalente a otros productos de factor 6 pero, en este caso, de propiedades naturales.
2- Al mismo tiempo es un excelente After Sun para pieles que se han quemado, pues es un regenerador celular natural.
3- Su uso frecuente previene el envejecimiento de la piel, ya que posee altas propiedades hidratantes y nutritivas. Recordad que las arrugas, como ya dije en otros artículos, se pueden prevenir, no eliminar (al menos, sin cirugía).
4- Es un producto fenomenal para cabellos secos o castigados por los tintes. El mejor truco consiste en deshacer un poco de manteca al baño María y extenderlo posteriormente por el cabello. Se deja actuar unas horitas y después se lava con champú y abundante agua. El brillo es espectacular.
5- Maravilloso en la prevención de estrías. Especialmente para futuras mamás. Las estrías no son más que piel rota al haber estado en un proceso de estiramiento, como el embarazo. Que no os cuenten milongas de cremas mágicas, que además valen una pasta. Lo mejor para evitar la aparición de estas marquitas son los productos grasos. Una vez que ya están ahí... pasa como con las arrugas.
6- Y ya que hablamos de mamis, también os confirmo que es un producto fenomenal como pomadita para culitos de bebés en el cambio de pañal.
7- Puede resultar una estupenda mascarilla facial nocturna. Se extiende suavemente por el rostro y se deja actuar por la noche. Al despertar el producto se ha absorbido perfectamente, dejando una piel tersa y suave.
8- La recomiendo también para los eczemas. Funciona como una pomada cicatrizante. Se toma una pequeña cantidad con la yema de los dedos y se extiende sobre la lesión haciendo circulitos.
Por último, ¿dónde conseguirla pura, ecológica y barata? Os recomiendo la marca Lovea. Cumple estos tres requisitos y se vende en los hipermercados de Alcampo y vale alrededor de 5 euros.
No olvidéis disfrutar de esta gragea de felicidad, pues os vuelvo a recordar que todas somos princesas.
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